Debutánt es una marca joven, enérgica, responsable y divertida que nace de la mano de un equipo de personas que una vez tuvieron un sueño: el sueño de dedicarse a dar alas a su imaginación en forma de camisetas, fabricadas y diseñadas fieles a sus valores. Nos cuentan que, «lejos de despertar y aun siendo conscientes de las dificultades del mercado y del modelo actual de consumo rápido», hace ya más de un año que han apostado por él y lo dan forma y alimentan día tras día con ilusión, esfuerzo y trabajo.
Hablar de yarnbombing o de ganchillo de guerrilla, como se estila en el mundo hispanohablante, hace un tiempo que ya no es novedad: en casi todas las ciudades hay al menos un grupo de personas que se organizan para hacer alguna intervención de crochet urbano. Pero el caso de Vilanova da Cerveira (Portugal), es aparte. En esta localidad, cada dos años se monta una macro instalación en la zona histórica del pueblo, que se llena de color y textura para el asombro de los visitantes.
Fachadas completamente cubiertas de encaje, estatuas, esculturas, bancos, rotondas, papeleras, árboles… incluso los tradicionales ciervos que dan nombre a la villa. Absolutamente todo se adorna con lanas de colores que dan al pueblo un aspecto de lo más pintoresco.
Hoy se cumplen cinco años del colapso del edificio Rana Plaza, una fábrica textil de Bangladesh; un accidente en el que murieron 1.138 personas. Este incidente sacudió el mundo de la moda y sirvió como catalizador de una reflexión que llevaba tiempo en el aire: ¿es esto necesario? ¿Hace falta que millones de personas vivan explotadas cosiendo trapos para el primer mundo? ¿Es necesario un ritmo de producción desmedido, que contamina el planeta y genera enormes cantidades de residuos? Afortunadamente, gran parte de la industria respondió que no, que ya no más, y así comenzó la revolución de la moda, nació el Fashion Revolution Day.
Utilizada desde hace siglos para confeccionar los primeros textiles que vistieron a la humanidad, la fibra del cáñamo se considera la fibra de origen vegetal más larga, suave y resistente que existe. Dada su fortaleza, no necesita herbicidas para su cultivo y consume (mucha) menos agua que otras fibras vegetales como el algodón, siendo una alternativa mucho más ecológica.
Sebastián Plaza, ingrato, es un artista chileno que trabaja el textil. De lo más interesante que descubrí en los últimos años. Le conocí por casualidad, como siempre, cuando me topé con su trabajo en las redes sociales. Y como un amor a primera vista, me quedé prendada al instante.
Aunque suene a nombre de salsa para sushi, wabi sabi hace referencia a una corriente estética japonesa que poco ha ido colándose en los diseños occidentales. Más allá de tiendas de cosmética y estudios de yoga, esta idea de belleza de la imperfección puede encontrarse en variedad de objetos artesanos (sobretodo en la cerámica) y, por supuesto, también en la moda.
Confieso que siempre he tenido una relación de amor/odio con la tecnología: aunque soy una firme defensora del progreso, al mismo tiempo me crea cierto recelo el hecho de avanzar demasiado rápido, porque los cambios son difíciles de asimilar y las consecuencias pueden estar mal calculadas…
Comprar artículos de producción local, rechazar la bolsa de plástico en el supermercado, rellenar agua en una botella de vidrio en lugar de consumir tantas desechables… Cada vez son más las iniciativas orientadas a promover un consumo más sostenible y responsable; y es que el planeta se agota y todos debemos asumir nuestra porción de responsabilidad en el asunto (al fin y al cabo, aquí vivimos todos, no?).