
Conchita a las cuatro: Incendios, prejuicios y perseverancia
En esto del periodismo musical, es muy fácil ponerse a hablar de algún disco favorito o hacer una crónica de un concierto que haya sido puro goce; pero también está la otra cara, cuando tienes que escribir sobre un artista del cual desconoces absolutamente todo o sus discos no son de los que se encuentran en tu estantería. Hace un par de días, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Conchita, cantante que tuvo un éxito masivo con su debut, allá por 2007, para luego subirse a una montaña rusa de idas y venidas en ese despiadado mundo que es la industria musical. Hace unos meses publicó ‘Incendios’, el quinto disco de su carrera, el cual presentará este sábado en la Joy Eslava.
Nos reunimos con ella a la hora del café en un céntrico hotel de la capital. Conchita dista de la típica ‘superestrella’, es una chica agradable y cercana. Comenzamos preguntándole por sus sensaciones, ahora que ya han pasado algunos meses desde la salida de ‘Incendios’. «Tengo buenas sensaciones. Desde el primer momento me llegaron opiniones positivas de mucha gente. De todas formas, es un disco que he hecho con mucho tiempo y con mucho cuidado, llegando al punto de estar plenamente satisfecha con el resultado».
De sus palabras se desprende la tranquilidad y seguridad que da la experiencia. Conchita compone e interpreta todas sus canciones; en su último disco incluso toca la batería, aunque a la hora de componer no lo hace con una intención concreta o pensando en un disco de manera global. «Siempre estoy componiendo. Ya tengo temas hechos, pero no sé que pasará con ellos; intuyo que algunos llegarán al próximo disco y otros no. Prefiero componer sin pensar en nada de eso, con más libertad. Hacer lo que siento, y luego tomar decisiones».
Este sábado llega a Madrid para presentar su último trabajo en la Joy Eslava. La artista nos confiesa que a ella lo que le da vidilla es subirse a un escenario. «Un concierto siempre es más dinámico que un disco. Puedes jugar con el repertorio, poner y quitar canciones o modificar el estilo de alguna de ellas. Este sábado, además, habrá colaboraciones muy especiales y más de una sorpresa».
«…tener canciones de temas tristes no significa que seas una triste; en realidad, soy muy optimista y feliz. Además, no todas mis canciones son tristes ¡y aunque lo fueran! Tú no vas a Thom Yorke de Radiohead y le dices: ‘Oye, a ver si haces una rumba, ¿no?’».
Al documentarnos sobre la carrera de Conchita, hemos podido encontrar repetidas veces muchas referencias a el porqué de su nombre artístico, o muchas cuestiones sobre la melancolía que emana su música. Para no caer en esas preguntas tópicas le damos la vuelta y le planteamos la cuestión: ¿Cómo definiría Conchita a Conchita? «Creo que soy muy luchadora. Me pongo muchos retos sin parar hasta conseguirlos. Me propuse aprender a tocar la batería y ahora puedo cantar y tocar la batería a la vez. Quizás la palabra sea perseverancia. (…) Al principio los medios me calificaban como risueña, sonriente… pero de pronto, alguien dijo que era melancólica, el halo de tristeza… tener canciones de temas tristes no significa que seas una triste; en realidad, soy muy optimista y feliz. Además, no todas mis canciones son tristes ¡y aunque lo fueran! Tú no vas a Thom Yorke de Radiohead y le dices: ‘Oye, a ver si haces una rumba, ¿no?’.
Más allá de la parte promocional de la entrevista, nos interesa conocer otros aspectos vinculados a los artistas que han gozado de un apoyo importante por parte de los medios. Conchita tuvo un gran éxito en su debut discográfico con ‘Nada que perder’, canción que sonó por todas partes. Le preguntamos por los prejuicios que puede generar la ‘radio fórmula’ a la gente a la hora de acercarse a su música. «Esos prejuicios yo también los he tenido, para luego descubrir que te pierdes muchas cosas por ello. Hay artistas con un gran talento que hacen grandes canciones, aunque por la forma de salir a la palestra enseguida los metes en el saco de la fórmula y los repudias. En mi caso, hay mucha gente que me escribe diciendo ‘me encanta tu música, pero no puedo decírselo a mis amigos’. Es complicado porque luchar contra todo eso, es muy jodido. Lo importante es no hacer tuyo ese prejuicio. Tuve una etapa en la que pensaba mucho en ello. Aprendí a decir: ‘yo el curro lo demuestro calladita’. Los prejuicios, en general, son una mierda».
A pesar de la obviedad del abuso que supone el IVA cultural, siempre está bien conocer la opinión de alguien como Conchita y la forma en que le afecta a ella. «Si alguien del ministerio se sentara con un músico y viera los números, se daría cuenta de que es imposible vivir con tantos impuestos. Se debería ayudar mucho más, sobre todo a aquellos que están comenzando y tienen menos medios. No se piensa en todos los gastos que engloba el dedicarse a la música: desplazamientos, alojamientos, ensayos…».
Mientras Víctor recoge sus aparejos fotográficos la entrevista toca a su fin. En esto de la música hay algo que debería ser bandera de todos los artistas y ese algo es la humildad. Conchita nos ha mostrado que tiene los pies en el suelo, y para gustos, colores. «La perseverancia es invencible. A mí lo que me gusta es cantar y subirme al escenario. La música es una rueda, a veces funciona lo que haces y otras no, pero al mirar atrás tienes que estar satisfecho por haber hecho las cosas de una manera honesta».

Y ahora si quieren bailar,